Cuando ya no hay esperanzaEl dolor que llega como un recuerdo, el amor que tan sólo es uno, el odio que no absuelve ni muere a la indiferencia. La muerte, como un clamor; un grito de horror que se eleva al cielo por este deshabitar de los muertos, por esta vida sin vida y peor aún sin muerte; un viento frío que hiela mis sentidos me recuerda que el sufrimiento me ha hecho cada día más indiferente, que poco a poco me reflejo en el comportamiento del otro, porque ellos han hecho de mí lo que soy, luego Mi esencia se va perdiendo y llega la desesperación, un vacío en el estomago me cuenta que aún tengo miedo. Es culpa de la muerte que no escucha y su espera se hace inclemente.